Todos los que os acerquéis hoy a la Iglesia de Santiago podréis contemplar una estampa inusual. Primero, tal y como se hizo el año pasado, la imagen de la Virgen de los Dolores ha bajado hasta el centro del presbiterio del templo para que todos los hermanos, devotos y fieles puedan besar su mano en un día tan señalado como este Viernes de Dolores.
Pero otra cosa muy llamativa es que su Hijo, el Niño de la Promesa, la está hoy contemplando desde el tabernáculo y viendo todo su dolor que siente por Él. Todo este dolor se plasma en la corona de espinas que porta la Señora en este día traída desde Jerusalén para que la luzca hoy en su día.
No dejéis de asistir a la iglesia a cualquier hora para besar su mano, a las 20.00 horas la Santa Misa del último día del Septenario amenizada por la Coral Universitaria y por último el Santo Rosario al cerro de San Cristóbal.
Y mañana montaje de pasos a partir de las 9.30 horas.