CRÓNICA Y DESCRIPCIÓN DEL CARTEL SOLEDAD VIERNES SANTO 2020





En la noche de ayer, en un emotivo acto, tuvo lugar la presentación del cartel "Soledad Viernes Santo 2020" que anunciará la próxima estación de penitencia de nuestra Hermandad. El acto fue introducido por nuestro secretario Juan José González Ramírez y la presentación del cartel fue realizada por nuestro Diputado de Prensa y Publicaciones, Álvaro Blanes Pérez. 


Nuestro hermano comenzó con una breve introducción de la filosofía que ha enmarcado este periplo de tres años de cartelería que ha anunciado el Viernes Santo. 


Desde la Hermandad de la Soledad, en los últimos años, se ha intentado potenciar la idea de cartel en su máxima expresión: según la Real Academia Española, cartel significa “lámina de papel que se exhibe con fines publicitarios o informativos”. Para conseguir este fin, dar publicidad a la Estación de Penitencia de nuestra Hermandad, el cartel debe ser, ante todo, llamativo. Llamar la atención de quien lo vea por la calle es una de nuestras prioridades a la hora de elegir la imagen que lo ilustre. En segundo lugar, el cartel debe transmitir una idea, poseer un mensaje. Como digo, en los últimos años nos hemos guiado por estos criterios, en un intento de ser diferentes y, por lo tanto, desmarcarnos del resto de cartelería cofrade. Que estos sean los criterios apropiados o no, sabemos que quizás sea motivo de controversia. Pero entendemos que en ocasiones hay que arriesgar para dar un paso adelante y aportar algo nuevo a nuestra Semana Santa.


Ante todo, queremos dar público agradecimiento a todas las personas que han aportado sus obras en el concurso para el cartel de este Viernes Santo, sabiendo el esfuerzo que ha conllevado a todos ellos, su tiempo y su trabajo, destacando por supuesto la calidad de todas las obras presentadas. 


A continuación, presentamos una breve descripción realizada por el autor Eduardo Blanes Pérez del cartel presentado al concurso bajo el lema "siete letras, siete dolores, SOLEDAD".


Este cartel nace años antes cuando un nieto de un devoto soleano, José Hernández Martín, recogió un instante con una fuerte síntesis conceptual; era el encuentro de la Virgen de la Soledad, frente a frente, con sus devotos.






A partir de este instante, brota este cartel, de composición vertical, con el que se pretende resaltar la silueta trasera de la Virgen, en primer plano, junto con un palio de siete letras de cuyo nombre, SOLEDAD, surgen los siete dolores, en diferentes colores, en una rica cromática de amarillos, rojos y morados, colores todos ellos presentes en mis recuerdos de la hermandad (desde aquellos cíngulos rojos de San Juan y dorados de la Virgen de las antiguas túnicas que se entretejieron entre los dedos de mi abuela María a los morados de los filos de las capas de dichas túnicas hasta el negro presente en las actuales). Estos siete colores que bañan las cabezas de todos los presentes, recogen el sentido de la SOLEDAD, una devoción presente en los siglos de cuyas siete letras surge la simbología de los siete dolores de la Virgen.


Una silueta recortada y congelada en la memoria de todos los almerienses que tal y como la ven venir, en su racheo largo y reposado, se quedan embelesados frente a la triangularidad de su silueta que, avanzando, con paso firme deja tras de sí un testimonio sincero de siete palabras; sencillez, amor, fe, austeridad, silencio, recogimiento y devoción.