Para este año de 2018, la Hermandad de la Soledad ha optado para decorar su Cruz de Mayo por una recreación de una casa burguesa decimonónica característica de Almería, en la que vive una familia de devotos de la Virgen de la Soledad. La vivienda consta de un patio y una serie de estancias entorno a él.
El patio, con el característico suelo de albero, y presidido por la Santa Cruz, tiene como elemento central un estanque, que con una serie de chorros de agua se utilizaba antaño para refrescar este tipo de patios. A ambos lados del estanque se presentan unos parterres con plantas, y se completa el patio con la decoración típica de la Cruz de Mayo: mantones de Manila y utensilios de cocina clásicos de cobre. Un altar a la Virgen de la Soledad remata este patio típico almeriense.
La estancia principal representa un recibidor de visitas propio de este tipo de casas: chimenea, aparador y varios muebles típicos de las casas del siglo XIX la decoran.
La parte superior representa una galería con vistas al patio en la segunda planta de la vivienda, donde igualmente se colocaban plantas y ornamentos, además de una capilla con la imagen de la Soledad.