Oh Señor, mi dulce amigo
cuatro cosas hoy te pido
con mucha necesidad.
Paciencia para sufrir.
Fuerza para trabajar.
Valor para resistir
las penas que han de venir
y me han de mortificar.
Temperamento sereno
para poder resolver
las cosas con santa calma.
Y así tener en el alma
perfecta tranquilidad.
Eso tengo que pedirte,
oh mi Jesús adorado,
en este día consagrado
para adorarte y servirte
por siempre. Amén.