(Fotografía: Javier Barranco Casimiro)
"A mí me ha llamado mucho la atención siempre ese término “estar”. Cuando los discípulos huían de miedos porque pensaban cuál podía ser su futuro, y su futuro no era nada agradable, era de humillación, de muerte, Ella estaba. No hacía nada. Simplemente estaba. Según el mundo, para nada: no servía para nada, no ayudaba a nada. Según los economistas, era ineficiente: su presencia no aportaba nada al mundo. Pero en términos humanos y espirituales, María es la roca firme de nuestra fe. Porque cuando hacemos el activo y el pasivo, cuando miramos el coste y el beneficio, casi siempre nos equivocamos, porque en lo que el Papa habla de la economía de la salvación María es el gran activo y, sin embargo, no hacía nada. Simplemente estaba. Y si alguno, por lo menos yo, ha tenido la tentación del activismo: hay que hacer muchas cosas, tenemos que hacer muchas cosas, como si todo dependiera de nosotros, como si la salvación del mundo dependiera de nosotros, creo que vale la pena volver a ponernos en la imagen de María al pie de la Cruz sin hacer nada. Simplemente está. Y si alguna vez tenemos también la sensación humana de qué es lo que realmente vale la pena, lo que realmente vale la pena es alguien que está. No hace nada, simplemente está. Tenemos recuerdos de infancia en los que nuestra madre estaba. Tenemos la sensación de alguien que está siempre y esa, desde luego, era la Virgen. ¿Para qué? No sabemos. Pero estaba".
Fragmento de la exaltación realizada
por D. Luis Losada Pescador
el primer día del Septenario de 2011