Mantenimiento y limpieza del manto de salida de la Soledad


Se acerca la Cuaresma poco a poco, y con ella llega el tiempo más deseado por todos los cofrades. Es tiempo de empezar a limpiar enseres, de empezar con los cultos a nuestros amantísimos titulares... Y a la vuelta de la esquina tenemos los Viernes de la Soledad, que este año se presentan con dos conferencias de gran calidad.

Pues bien, dentro de toda esta marea de actos que se nos avecina, la Hermandad sigue en su empeño de engrandecer nuestro patrimonio o, al menor, de restaurar y mantener con el máximo decoro el ya existente.

En años anteriores se ha realizado un gran esfuerzo por parte de las Juntas de Gobierno en restaurar el conocido como "terno de capilla" en el taller que regenta el bordador gaditano César Gómez-Hörn. Este año, en el que se cumplen 175 años de que la familia Barbarín, como así figura en las crónicas de la Hermandad, donara el manto y saya que anualmente luce la Virgen en la salida penitencial y en las importantes efemérides, un grupo de hermanos y hermanas soleanas ha asistió hace un par de fines de semana a una jornada intensiva en el que dicho bordador ha acudido a nuestra sede para darnos una magistral lección de mantenimiento y limpieza de bordados. Se ha procedido, por tanto, a retirar la cera que se acumulaba en el manto de salida y se han fijado las piezas de bordado sueltas que los años y el uso habían ido soltando.

Igualmente, se ha aprovechado para cambiar el forro que tenía el manto de salida, el cual, debido a una mala intervención anterior, impedía su extensión total en el pollero. Este forro vino a sustituir el anterior que era de color blanco y de seda salvaje. Gracias a la donación de la actual camarera de la Virgen, se ha recuperado la imagen que el siglo pasado los antiguos hermanos soleanos tenían del manto, esto es, con un forro de seda salvaje blanco.

Por tanto, tras una jornada intensa en el que un número de hermanos soleanos se acercó a observar los trabajos y a aprender sobre la conservación de piezas de bordado antiguo, el manto en su 175 aniversario vuelve a lucir reluciente, limpio y con el forro de seda blanco, tal y como se muestra en las fotos antiguas conservadas.