Crónica de un día inolvidable



En realidad no fue un solo día puesto que desde las 20.30 horas del martes hasta la 01.00 del jueves los hermanos soleanos pudimos disfrutar de Nuestra Señora, de un fervoroso culto y de una HERMANDAD con mayúsculas.

En cuanto terminó la Eucaristía del martes por la noche, una treintena de hermanos y devotos de la Virgen de la Soledad nos reunimos ante la capilla de Santa Lucía para preparar la festividad de Nuestra Madre.

Tras bajar la imagen, una cortina dio la intimidad necesaria para que las camareras y Juan Rosales, vestidor de la Virgen, trabajaran tranquilos mientras rezaban el Santo Rosario. ¡Qué bonita sensación estar trabajando acompañados del rezo de las camareras y con el nerviosismo de no saber cómo estaría la Virgen de guapa!

El trabajo fue duro, puesto que el montaje era novedoso y la estructura que se montó con una cúpula dio más trabajo del deseado.Sin embargo, poder admirar el manto restaurado, las risas y la complicidad de todos los asistentes animaba a todos.

Hemos de agradecer a la Hermandad del Rocío de Almería su ayuda y el préstamo de los angelotes de su carroza que acompañaron a la Virgen de la Soledad durante todo el día de ayer.

El trabajo fue arduo y, además, la prisa nos exigía un esfuerzo mayor, ya que este año como novedad quisimos que las puertas de la Iglesia de Santiago se abrieran y los devotos pudieran acompañar a su Madre desde el primer minuto de su festividad.

Así, un poco antes de las 12 de la noche se descorrió la cortina de la capilla y todos los que estábamos presentes en la nave de Santiago nos quedamos boquiabiertos ante tanta belleza y finura que desprendía la Virgen de los Dolores. La nueva saya del siglo XIX donada por el bordador César Gómez-Höhr, el manto del mismo siglo restaurado por él mismo, el arreglo, etc., todo estaba precioso.



Se colocó en su peana y, aunque quedaban muchos detalles por acabar, se abrieron las puertas del templo. No asistió mucha gente, aunque buenos fueron los que nos quisieron acompañar, destacando la presencia de la tertulia cofrade Venga de Frente. Nuestro consiliario, don Francisco, nos dio algunas explicaciones y nos ofreció algunas palabras que nos animaron y nos llenaron el espíritu. El rezo de la Salve con la imagen de la Virgen tan cerca nos puso los pelos de punta y constituyó uno de los momentos centrales de la noche.

Se cerraron las puertas y algunos nos quedamos dando los últimos retoques hasta las tantas para que todo estuviera perfecto por la mañana. La Virgen tenía que descansar, puesto que al día siguiente tenía un día largo y duro para poder acompañar a todos sus fieles y devotos que querían felicitarla y besar su mano.

A las 8 de la mañana algunos hermanos soleanos abrieron las puertas de Santiago. Las puertas abiertas, las colgaduras en la fachada, el incienso, la música de capilla fueron una constante durante todo el día y favorecieron a que los devotos entraran a ver a su Madre. Un chorreo ininterrumpido de fieles entraban y salían de Santiago. Destacaron algunos hermanos mayores que nos visitaron y una representación de la Hermandad del Encuentro que nregaló a la Virgen un precioso ramo de flores.

Como novedad, nuestro consiliario don Francisco rezó laudes junto con algunos hermanos soleanos a primera hora de la mañana. A las 12 del mediodía se rezó el Ángelus, anunciado con un repique de campanas. Se congregaron muchos fieles ante un marco tan bello, y una de las siervas, Vicenta, fue la encargada de este rezo. Tras él, se cantó el Stabat Mater.

Un poco antes de las 19.00 horas, una representación de la Hermandad de la Soledad, encabezada por nuestro Hermano Mayor, rindió visita a la Virgen de los Dolores de nuestra vecina iglesia de San Pedro. Fuimos muy bien recibidos por su Hermano Mayor y por un amplio número de hermanos que allí se encontraban. Preciosa estaba la imagen y precioso el montaje, pudiendo disfrutar de la Madre de Dios a unos centímetros de nosotros. Al poco, la Hermandad del Santo Sepulcro nos devolvió la visita y nos entregaron un ramo de flores para la Soledad.

Ya eran las 19.30 y comenzó el rezo del Santo Rosario. Distinto fue este año y eso se lo debemos a nuestra querida Hermandad del Rocío, cuya Hermana Mayor fue la que lo rezó desde el púlpito mientras una representación del coro rociero lo cantaba. Muchas gracias por vuestra visita, por vuestro apoyo y por vuestros rezos cantados.

Y comenzó la Santa Misa oficiada por don Francisco Escámez Mañas, ayudado por dos conocidos acólitos: nuestro prioste Javier Morcillo Matilla y, nada más y nada menos, por el bordador César Gómez-Höhr, que tiene un amor especial por nuestra Hermandad. Preciosa la homilía y ver la iglesia llena de fieles. Unos cohetes nos acompañaron justo después de la consagración. Después, pudios disfrutar, tal y como se viene haciendo en todos los cultos de la cofradía, de unos momentos de Adoración al Santísimo, primer titular de la Hermandad. Tras unas palabras del Hermano Mayor y de don Francisco, y después de algunos vivas y más cohetes, los fieles volvieron a colocarse en filas para seguir besando la mano de la Virgen.

Es muy importante destacar la asistencia a este solemne culto de todos los hermanos mayores de la Hermandad de la Soledad que afortunadamente siguen con nosotros: Luis Criado, Jorge Alonso, Fernando Torres, Ramón Pérez Malvido, Paco Plaza y Juan Montoya. Muchas gracias a todos por acompañar a Nuestra Madre en su festividad. También nos acompañaron durante la Eucaristía la Hermana Mayor de la Hermandad de la Virgen del Carmen de San Sebastián, el Hermano Mayor de la Hermandad del Silencio, el capataz general de la Hermandad de Estudiantes, hermanos de la Hermandad del Amor, amén de otros varios que nos visitaron durante todo el día.

Muchos fotógrafos alargaron la noche y hubo instantáneas de hermanos, de la Junta, de fieles, etc. Todo lo posible para que el día no terminase y para no despedirnos de la Virgen.

Cerradas las puertas, comenzó el desmontaje de todo el culto. La Virgen volvió a su capilla, con la diadema de capilla pero vestida tal y como estaba. De esta forma, Nuestra Señora de los Dolores seguirá así arreglada hasta la festividad de los difuntos, recordando que durante todo el mes de octubre presidirá el Altar Mayor.

Unas horas más de trabajo, acompañado de tertulias, risas y hermandad dieron como resultado el que todo estuviera en su sitio, que todo volviera a la normalidad y que la Madre de Dios descansase hasta el próximo Viernes de Dolores, cuando volverá a descender hasta el suelo para que podamos besar su mano.