El centenario del nacimiento de García Lorca y la cofradía de la Soledad

(Artículo publicado en el Boletín de la Hermandad del año 1998)
 
Como es sabido este año se conmemora el nacimiento del poeta granadino y universal Federico García Lorca, cuya característica mezcla de componentes culta y popular en su obra, al tiempo que enraizada en la identidad del pueblo andaluz, lo hacen tan próximo a los sentimientos de quienes participamos en las Hermandades de Semana Santa.
El escritor almeriense Manuel del Aguila Ortega nos rescató en un artículo magistral publicado en La Voz de Almería el Domingo de Ramos 4 de Abril de 1993, una poesía de Federico a nuestra querida Virgen de los Dolores. Decía el articulista refiriéndose a las manifestaciones de fe almeriense, emocional y profunda, de un lado al Via Crucis del Cristo de la Escucha:

...“No es pues, este Via Crucis una colorista expresión de vehemencia andaluza; es una serena y dolorosa manifestación de fé y fervor, llena de místicas esencias, que testimonian una sincera veneración.
Y la otra, es la procesión más antigua, la Virgen de los Dolores, conocida por la Soledad, y es el pueblo quien la llama así; ni quiere ni entiende otro nombre.
Federico García Lorca, que vivió en sus primeros e impresionables años infantiles aquí, cerca de la Parroquia, en uno de sus bellísimos poemas juveniles, contemplando la brillante plástica popular del cortejo, dijo:

Virgen con miriñaque,
Virgen de la Soledad,
abierta como un inmenso tulipán,
con tu barco de luces vas,
por la alta marea de la ciudad
entre saetas turbias
y estrellas de cristal.
Virgen con miriñaque,
tu vas por el río de la calle
¡ hasta el mar! ...”
 
Miriñaque: Entramado interior de tela rígida o muy almidonada, y a veces con aros, que usaron las mujeres.

Liga en este emocionante poema Federico las esencias de nuestra tierra: el mar y la claridad de nuestro cielo, con lo que debió impresionarle y que forma parte de nuestra identidad como cofradía: las saetas. Luego en el verano de 1936 la barbarie, la incultura y la sinrazón se encargó para siempre de truncar la vida de Federico, y de que perdiéramos la imágen que le inspiró ese bello poema. Lo que nunca pudieron ni podrán jamás es truncar los sentimientos profundos que anidan en nuestros corazones, que hacen que las obras de los poetas y las manifestaciones de fé sincera de nuestro pueblo subsistan y permanezcan.


Un hermano de la Soledad